Manolo García saltó, bailó gritó cantó y la lió parda al bajarse del escenario y mezclarse con parte de los miles de baby boomers que abarrotábamos el WiZink Center de Madrid para escuchar a Manolo García en un concierto en el que lo dio todo. Resultaba impactante volver al sitio donde me metieron dos vacunas del Covid (la tercera no me la puse porque lo cogí dos veces después y porque no me apetecía), para ver al cantante que fue la banda sonora de mis viajes en coche, y que me descubrió una persona a quien quiero mucho. A mí me iba más el rock, pero a fuerza de escucharlo terminé queriéndole. Os diré que mi canción favorita es la de “Como un burro amarrado a la puerta de un baile”, y hasta la cantó. Era de sus tiempos con Kim Portet, en ‘El último de la fila’. Fue alternando las nuevas de su último disco con las antiguas, y no defraudó.
Hace tiempo fui a un concierto de Sabina, me invitó mi amigo Roberto Ramírez, y dije en una columna en un sitio que andaba arrastrándose por los escenarios con mucha menos fuerza que Estrellita Castro cuando iba a ‘Cantares’ en TVE. Un amigo mío casi me retira el saludo porque si los enfisemas pulmonares, que si cantar chuchurrío como él es como conducir con un 850 gripado, que si leches varias… No me vale, para seguir subiéndote al escenario hay que tener voz, estilo y clase. Y a Manolo la voz le ha mejorado mucho, y sin autotunes, como recordó, y hasta dijo que le había salido un gallo y lo resolvió haciendo kikirikí, yo el gallo no le oí. Lo único que le falta a este hombre es inmodestia.
Pues ayer estaba Manolo que parece un tenor con su voz de barítono cantando a pleno pulmón tras una miocarditis sus últimos éxitos y sus canciones de siempre, empezó con Insurrección, y acabó con una ranchera “sigo siendo el Rey·. Siempre fue barítono, pero ayer tenía la voz más profunda, más baja y hasta más potente. Tendré que preguntarle a mi profe del coro…
El concierto se lo dedicó a los palestinos, a los pequeños agricultores y ganaderos y a los autónomos. Habló mucho, no paró, dijo que estaba más o menos hasta los mismísimos de que la gente esté tan obsesionada con los móviles, hizo crítica social, y hasta comentó que menos perros por las calles tirando de los dueños y más vacas. Habló de Hacienda, de las injusticias sociales, de las corruptelas de los políticos y de todo lo que le vino en gana.” ¡He comido lengua! “. decía. Pues te sienta la más de bien, dinos como la guisas y qué desayunas, porque vaya 67 añós. Ni Mick Jagger en sus tiempos mozos.
agosto 30, 2024
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