La vida a veces es un círculo. Volvemos a nuestros orígenes. A lugar por donde, si no empezamos, nos hubiera gustado hacerlo. Rafi camino, recientemente separado de Natalia Álvarez tras ocho años de matrimonio, compartía hace unos días la tarde con una rubia muchísimo más joven que su cónyuge y clavadita de cara a su amor de juventud, Samantha Fox en sus tiempos mozos.
Estuvieron juntos en una cafetería de la Plaza del Valle del Conde Suchil, en Madrid.Rafi, que a pesar de su fama de siete machos, habrá perdido por fuerza el fuelle de la juventud, parecía interesado en la conversación pero terriblemente cansado.Ya no está el cuerpo para tantos trotes, y eso que el torero, que empezó su carrera en el mundo de los ruedos con bastante brío, tan sólo tiene cuarenta y un años.
No acabo de entender la trayectoria de este chico, muy similar en cierto modo a la de Julio Aparicio. El trasnocheo y las mujeres le apartaron de su camino. Julio ha vuelto a los ruedos, y Rafi, a juzgar por como miraba a la rubia, a sus ilusiones de juventud, truncadas por culpa de una madre demasiado inquisitiva y preocupada por el futuro sentimental de su niño.
Le deseo la mejor suerte del mundo a este torero. Que sea feliz y consiga, con suerte, echar el resto en otro tipo de corridas. Me estoy acordando de Antoñete, quien en Las Ventas realizó una de las mejores faenas taurinas que se recuerdan con el toro Cantinero cuando había cumplido ya 63 años. Como dice la canción, nunca el tiempo es perdido. !Animo, Rafi que Samantha está hecha una rosa!
