El blog de Marta Cibelina

Leonor lo ha hecho bien, muy bien. Me gustaba más su voz cuando tenía 14 años, pero con tanto viaje y con unos padres que le han hablado en inglés es inevitable ese cierto deje impersonal al hablar que me recuerda mucho al de la Infanta Elena, quien por cierto, homenajeó a todos los fotógrafos de Casa Real al acudir a la Nikon House a una exposición dedicada a la Familia Real Española y se comportó de lujo con todos los asistentes. La organizaba Bernardo Paz y podéis ir todavía. Es gratis. Hay muchas fotos de Leonor, otro día os hablaré en profundidad de esta expo, en la que me ocurrió una anécdota muy curiosa con doña Elena. Dicen que Leonor habla chino, algo de árabe, inglés, francés y tiene nociones de todas las lenguas autonómicas. Así no puede tener acento castizo como su ilustre antepasado Alfonso XIII, ni como Isabel II

Lo ha hecho muy bien, no como las dos ministras que no se han dado cuenta de que son ministras de un Gobierno de todos los españoles, monárquicos o republicanos. Y que la vivimos en una Monarquía Constitucional, y que el marido de una de ellas, Pablo Iglesias, se le otorgó la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, y no la devolvió ni renunció a ella. El Rey es el Gran Maestre y el Presidente de Gobierno el Canciller.

Por otra parte, resulta vergonzoso que don Juan Carlos no pueda quedarse a dormir en su casa o en la de su hijo y tenga que pernoctar en Niza. La monarquía se basa en la continuidad y en la tradición y no se puede hacer tabula rasa de lo anterior. Es penoso que ni siquiera haya podido comer junto a sus nietas en el Palacio Real y la reunión familiar se haga precisamente en El Pardo, un palacio que tiene una simbología no muy grata para muchos españoles. ¿Nadie le ha dicho a los Reyes que un abuelo es un abuelo y tiene que estar presente en el día más importante para su nieta?

Otro asunto que me ha impresionado ha sido la cara de la Reina durante todo el día. ¿No le han enseñado a disimular sus emociones? ¿Tanto le ha molestado que la presidenta del Congreso se vistiera de azul Klein o azul cerúleo como ella, que por cierto es el color de la Menopausia, según me enteré en el reciente congreso que tuvo lugar en los cines Luchana organizado por Rosana Rezusta y Tania Martínez.

¿O acaso se enfadó al ver como nuestro ilustre presidente de gobierno, a p unto de montar el campamento, y no precisamente uno militar? ¿Qué problema tiene este señor con los calzoncillos? ¿Acaso no los usa como Ricky Martin para resultar más seductor y provocar estas situaciones? Es la tercera vez que le pasa ya.

Pues, eso sin comentarios, y para que no me digáis cochina por fijarme justo en esto, que no he sido la única, os diré que la foto refleja también lo mal que se sabe poner firme escuchando el himno de España nuestro presidente. No se aprietan los puños, las manos tiesecitas, y las piernas algo juntas. Y tampoco se adelanta uno a los Reyes ni a la princesa de Asturias cuando se va caminando.

Y no sigo porque me enciendo… y no de pasión por Pedro Sánchez.