No suelo escribir de política pero hoy voy a hacer una excepción. Y habrá que darle un toque corazonero a esto para no traicionarme a mi misma como ha hecho España con los saharauis. Hay una manifestación el próximo sábado y voy a colgar el cartel. Espero que vaya gente de todas las ideologías, porque hay conceptos como la lealtad que deben ser transversales. Cuando era pequeña, muy pequeña, oí en casa lo de la Marcha Verde, y creía que era un anuncio de detergente. Mis padres me explicaron muy bien lo que era un chantaje, y que nunca, nunca, debíamos de haber cedido a él. Los saharauis tenían pasaporte español, y los habíamos dejado abandonados a su suerte. La legión no hubiera disparado nunca contra mujeres y niños, que pertrechados con carros de tampax y compresas, avanzaban hacia el Sahara. Pero había otras soluciones.
Marruecos ha sido desde hace 200 años el aliado más importante de Estados Unidos en África. Y la monarquía no se habría sustentado probablemente sin el soporte de Kissinger, como bien recoge en su libro Pilar Urbano, El Precio del Poder. , que debería volver a reeditarse.
Franco moribundo, repetía varias frases. Unos dicen que decía “No negociar, no negociar” y otros “que le digan al príncipe que de Marruecos se sale al trote, no al galope”. Sea como fuere dejamos tirados a los hombres azules del desierto…, aunque nos reservamos el papel de hada madrina defensora de los derechos de los saharauis con todos los gobiernos, que ahora se ha convertido en una malvada madrastra rastrera y tirada al reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sahara por medio de Pedro Sánchez, que no se ha encomendado ni a Dios ni al diablo, para hacer de su capa un sayón.
Mal o bien, con el emérito y Hassan, por mucho que nos tomaran el pelo reclamando Ceuta y Melilla, había un cierto status quo, pero desde que le sucedió su hijo, Mohamed VI, se acabó lo que se daba. Las presiones y los chantajes han sido constantes.
El chantaje va a seguir siendo constante, habrá que decir del Rey de Marruecos que es el más listo, el más guapo y el más alto como sucedía con su papá, que por una sátira era capaz casi de retirarte un embajador. Hemos tragado mucho con Marruecos, pero manteníamos una cierta dignidad, al final nos hemos bajado los pantalones del todo
Marruecos se ha armado hasta los dientes, cuenta con el apoyo de Israel y Estados Unidos, y no está dispuesto a ejercer el papel de hermano del alma ni de primo del Rey Felipe VI. Los primos somos nosotros. ¿Se ha creído Pedro Sánchez que por abandonar a su historia al pueblo Saharaui por segunda vez van a dejar de reclamar Ceuta y Melilla, construir piscifactorías en Chafarinas y hacer prosprecciones petrolíferas y de tierras raras en aguas de Canarias con Israel? Nos las hemos comido dobladas. Estados Unidos ha hecho maniobras conjuntas con Marruecos humillantes para España. Son insaciables. Ya me lo decía mi padre, Roberto Fernández, Rofer, que tenía una visión de futuro muy por encima de lo común. Trabajaba en televisión española como dibujante de los informativos y tertuliano gráfico en diversos programas como el de Hermida. También dibujaba las escena de los juicios de ETA, 23 F, los Gal, Almería, etc para Televisión Española cuando no dejaban entrar las cámaras. Precisamente en la galería donde se ha expuesto parte de su obra, bajo el título Rofer Boys, presenté mi libro, Los Borbones y el Sexo, de Felipe V a Felipe VI en la Factoría de Arte y Desarrollo, rodeada de sus dibujos, algunos de los cuales aún podéis ver on line.
El caso es mi padre, que falleció hace tres años, hizo una vez un dibujo, no sé si un retrato o una sátira de Hassan II, y la embajada de Marruecos hizo una protesta formal a TVE. Ellos no tenían libertad de expresión ni nosotros tampoco. No sé si ni siquiera era una sátira, puede que fuera un retrato en el que no había salido favorecido. Andábamos con líos sobre los caladeros.
Han pasado décadas desde aquello y todo sigue igual. Ni siquiera las revistas del corazón informan sobre el extraño divorcio de este rey con cara de cochinillo segoviano que no le llega ni a la suela de los zapatos a Porky, Porky, nuestro Rey, mi dibujo animado favorito. Hay muchísima tela que cortarle a este monarca que ha conseguido que nuestro presidente actúe como un sátrapa ¿Le habrá regalado un Patek Philippe con 1075 diamantes como el que luce en la foto superior. ¿Hay que decir que es guapo? Pues si deja en paz a los saharauis diremos que se parece a Jean Claude Van Damme en sus mejores tiempos con esa chaquetita de cuero, o que Carolina Herrera le va a plagiar para un pañuelo el estampado de la última camisa que lució en Instagram con el productor de Lady Gaga.
Y aquí, sin que exista el menor racismo por mi parte hacia los cochinillos segovianos, que están buenísimos, haré lo que hace una cotilla de pro. Decir que la turbanta, como decía una tía abuela mía, le sienta fatal. Que no le favorece ni de lejos como a Mozah bint Nasser al-Missned, la ex jequesa de Catar. Que lo de filtrar el apoyo de Sánchez ha sido una jugada maestra, digna de Maquiavelo, y que nadie se cree que no vayan a seguir alentando la llegada de pateras. O nuestro presidente es un ingenuo, o le han comprado, o le han metido mucho miedo, o es un agente de Soros, como Macron. Al menos eso opina una amiga mía, que se permite llamar La Macrona a Macron, como si eso fuera un insulto. Que se las apañen juntos. Los franceses siempre han sido mucho más listos que nosotros con respecto a Marruecos. Han invertido fortunas en hacer prevalecer su lengua. El español solo lo hablaban ya los saharauis muy mayores y los niños que venían a España de vacaciones invitados por familias españolas. ¡Qué penita!
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