Hace tiempo que no me pongo a escribir en el blog y os voy a pedir disculpas por ello. Llevo un día dándole vueltas a como titular este post con alguna trampita legitimada por el continuo uso nacional e internacional de las palabras claves, los términos más buscados, y el titular destinado a que pinchéis. Como no me quiero hacer eco de ningún innombrable, falto de las más mínima caballerosidad y que como dijo alguien muy sabio, si es verdad es abyecto y su fuera mentira también, ni le voy a mencionar. Ni tampoco a un nonagenario que acudió a la consulta de un psiquiatra para hacer un podcast, y en lugar de ingresarlo le dejaron soltar trolas majestuosas por su tamaño, que afectan a no solo a menores sino también a personas fallecidas.
Están linchando a la Reina Letizia. Solo os recomiendo que os escuchéis las cinco horas de entrevista que le ha hecho Jordi Flix a Villarejo, donde habla de la Operación Gamba, por gambito de Dama, en alusión a un movimiento de apertura muy común en el ajedrez, destinado a acabar con la figura de la Reina de España, como de la autoría de los atentados del 11-M en la estación de Atocha, que atribuye a los servicios secretos de Francia y Marruecos, Allí hablan del jaque mate que le quieren hacer a la Reina, y quien podría estar detrás de él. En mi modesta opinión y en la opinión acreditada de alguien que sabe de estos temas de inteligencia y contrainteligencia, o bien se quiere distraer la atención de otros temas más preocupantes, o igual hay motivaciones relacionadas terceros países interesados en que nos vaya como al culo en un momento en el que se debate la monarquía parlamentaria como forma de Estado. Se ha hablado mucho del año 2013. He buscado dos fotos que tenía guardadas de esa época. Opinad vosotros mismos.
Bueno, pues al grano. El libro se llama “La Mujer que no Entendía el Mundo: Pasión y sombra de Sonja Graf”, está escrito por el escritor y periodista David Torres y lo ha editado Reino de Cordelia. En él hace la semblanza de una mujer que pide a gritos una película. Se trata de una ajedrecista, eterna segundona de Vera Menchnik, la mejor jugadora del mundo, cuya vida está plagada de glamour, miseria, tragedia, dolor, aventura… Podría haberse centrado en ella solo, pero lo magnífico de esta novela corta es que es absolutamente poliédrica. Los personajes que la rodean están descritos de forma redonda, hasta el punto de que en algún momento me he sentido introducida dentro de la propia novela. Los trazos psicológicos con los que los dibuja me han hecho rememorar personas que existen y han existido, y no son perfiles demasiado corrientes. Están tan bien retratados y en tan pocas líneas, que cada uno de ellos daría para una novela. Si algo se le puede reprochar al libro es que da demasiado, hay apenas unas líneas dedicadas a alguien que no es lo que parece y un gato atado que podría ser en sí mismo el tortuoso protagonista de una serie de terror de Netflix. David Torres nos da mucho más de aquello por lo que hemos pagado con este libro.
El retrato de una ajedrecista que huyó del tercer Reich en vísperas de la Segunda Guerra Mundial
Además, “La mujer que no entendía el mundo” está lleno de frases susceptibles de ser incluidos en un libro de citas. Y para demostrároslo he abierto una página al azar, con una frase pronunciada por un camarero italiano de Los Ángeles, otro personaje secundario tratado con un mimo exquisito por David Torres. Se trata de Carlo, que aligera con agua las botellas de vodka de Sonja Graf, para paliar las consecuencias del alcoholismo de la protagonista. La frase es esta: “A veces meterse en líos es lo único que merece la pena”, o esta otra: “El alcohol igual que el ajedrez, no es un tema, sino un escenario”. También hay que decir que el momento histórico que le tocó vivir a la protagonista, la Alemania de Hitler, país del que huyó, está retratado con una maestría insuperable con apenas varias pinceladas. Vera tenía mucho en común con Marlene Dietrich, que aparece en la novela, y a quien Vera conoció. Alguien más tramposo y comercial que David la habría utilizado a todo trapo y nos las habría encamado, una licencia que no habría sido tal porque resulta de lo más probable. No quiero hacer spoilers, y por eso voy a reproducir el texto que aparece en Amazon
“Un velo de misterio oculta la figura de una de las mujeres más fascinantes del pasado siglo: la ajedrecista Sonja Graf. Nacida en Múnich a comienzos del siglo XX, de niña fue maltratada por sus padres, huyó del Tercer Reich en vísperas de la Segunda Guerra Mundial y participó en el Torneo de las Naciones, en Buenos Aires, sin otra bandera que un cartel que decía «Libre». Eterna rival de la mítica campeona mundial Vera Menchik, Graf vestía ropa de hombre, fumaba y bebía como un hombre y se acostaba sin problemas con mujeres y hombres”
Por cierto, a la presentación del libro acudió Irene Montero. Le pregunté con qué figura del ajedrez se sentiría más identificada, o cual le gustaría ser. Dudó, le dije que si quería ser la Dama, es decir la Reina, y negó categóricamente. David intervino en la conversación y dijo que la veía más como una torre.
A la torre, los malos jugadores de ajedrez, como yo, las sacrificamos muy pronto, moviéndolas demasiado o perdiéndolas para proteger al Rey, al presidente o a quien sea.
La novela me la recomendó Jaime González, profesor de literatura e ilustrador, la misma persona que me hizo conocer a Stephan Zweig con otro libro relacionado con el juego de las 64 casillas: “Novela de Ajedrez”, otra obra magnífica del autor de la mejor biografía que se ha hecho sobre una Reina, María Antonieta, que en los últimos momentos de su vida demostró una dignidad y una valentía que no se le presuponía en los inicios frívolos de su reinado junto a Luis XVI. ¿Hará lo mismo la Reina Letizia?
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