Hace diez años fui a la Sala Sirocco a ver una proyección de La Tercera Luna, protagonizada por mi amiga Ana Valdi, uno de los primeros filmes que se hicieron en la transición, tal vez el primero, sobre temática trans. Ella, que sigue y seguirá siendo siempre un bellezón estuvo junto a algunos de los actores que participabab en ella. La mayoría han fallecido, salvo algunos como Tina Greco, más Pantoja que la Pantoja, que incluso guardó luto en los escenarios por Paquirri.
Entonces hubo risas, como si algunas de las situaciones que se mostraban en la película, hubieran quedado obsoletas. El pasado viernes, en una sala atestada de la Cineteca de Madrid, en el Centro Cultural de Matadero, donde volvió a proyectarse esta película hubo algunas lágrimas, y un enorme silencio que terminó con atronadores aplausos. Y es que aunque sea triste reconocerlo, la película se ha vuelto más actual que nunca, estamos asistiendo a un retroceso, si no en derechos, sí en mentalidades. La sociedad se ha polarizado en temas que no deberían ser puestos en tela de juicio. Las legislaciones pueden ser mejores o peores, se pueden matizar, pero es muy triste que siga habiendo comportamientos transfobicos, especialmente por parte de mujeres que se autodenominan como feministas históricas, hacia personas que no han hecho nada a nadie.
Estamos asistiendo a un retroceso en muchos aspectos en esta sociedad que no es tan liberal como creemos
Alguien me dijo una vez que muchas las odian y les niegan derechos porque perpetuan con su divertida hiperfemineidad comportamientos y estereotipos heteropatriarcales. Miguel Bosé y Mario Vaquerizo tienen razón, en determinados temas de libertad de pensamiento vamos para atrás como los cangrejos. Asistimos a una nueva inquisición en todos los ámbitos. Es peligroso disentir del pensamiento único. Tanto hacia la derecha como hacia la izquierda. Y nadie debe tirar las banderas de nadie a la basura.
Por poner un ejemplo. Desde la Guardia Civil, con la anterior directora, se comentaba con orgullo que había transexuales entre sus miembros. Por supuesto, trans nacidas mujeres que ahora son hombres. ¿Pero cuántos trans nacidos hombres se han puesto el tricornio, la falta y los tacones que sus compañeras no se quieren poner? No tendrían ningún problema además en pasar las pruebas de la UEI, el GAR, etc. Me acuerdo que hasta la Reina Letizia animó a las mujeres a que se presentaran a las pruebas, muy exigentes en el aspecto físico. En ese caso, el exceso de testosterona, no sería ningún inconveniente, y es que todo depende del cristal con el que se mire.
La proyección de la película fue todo un éxito. La presentaron Juan Sánchez, una de las personas que más saben de cine del mundo, y Paco Clavel, un artista de una sensibilidad exquisita que comparte micrófonos con él en Menú Musical y Crucero Musical, en Radio Nacional de España.
Ana, con un background excelente rodó la película hace cuarenta años casi, a las órdenes de Gregorio Almendros y tiene la misma cara de entonces de rubia a lo marilyn. Es belleza pura. .Guapa, polímata, culta, o lo que es lo mismo mujer todo terreno, ha sido directora de programas de televisión como “Su media naranja“. Guionista, actriz, escritora cantante, sirve lo mismo para un roto que para un descosido, igual te hace la biblia genial de una serie, que está ahí para dar ánimos y consuelo a las duras y a las maduras, cuando otros dan la espalda. En la Cineteca se dio cita buena gente de verdad. Os recomiendo que veais la película si tenéis ocasión. Ana, que ha conocido a decenas de transexuales y travestis a lo largo de su vida, es autora de “El desnudo de las rosas azules”, que ya traje a este blog.
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